Los gritos del silencio:
vida, cine y verdades mortales.
Por:
Virginia Galilei - vigascm@mail.com
Año 1984. El público sucumbe ante las
imágenes mostradas en el filme Los
Gritos del Silencio (The Killing Fields). También sucumbe
frente al tema musical Imagine,
compuesto por John Lennon y utilizado en la película, y por mucho también lo
hace frente a Haing Ngor con su interpretación de Dith Pran. Eso, sin saber
quién era este asiático que devastó el pecho de los espectadores, pues Ngor
debutaba en el cine entonces. Nadie sabía que aquel hombre era un superviviente
de su Camboya natal –aunque de orígenes étnicos chinos-, que era médico
cirujano y ginecólogo, que terminó haciendo cine prácticamente por accidente y
mucho menos sabía que el rol representado en esa oportunidad le valdría un Óscar
como Mejor Actor de Reparto.
Ngor ejercía su profesión original
en Phnom Penh en 1975 cuando los Jemeres Rojos de Pol Pot tomaron el control
del país y fundaron la Kampuchea Democrática. Debido a sus orígenes chinos se
vio perseguido por el gobierno, y tuvo que ocultar su nivel educativo y su
carrera para evitar la intensa hostilidad del régimen hacia los intelectuales y
profesionales. Expulsado de la capital, él y su esposa My-Huoy fueron apresados
en un campo de concentración. Ella falleció durante el parto estando en
cautiverio sin poder contar con las habilidades de su esposo como ginecólogo,
pues, siendo era necesaria una cesárea, él no podía dejar al descubierto su
profesión sin poner en riesgo la vida de ambos, y por supuesto, la de su hijo
por nacer, si es que llegaba a hacerlo.
Tras la caída del régimen de
los Jemeres Rojos en 1979, Ngor trabajó como médico en un campo de refugiados
en Tailandia, y emigró más tarde a los Estados Unidos en 1980. No pudiendo
ejercer la medicina en este país, trabajó como consejero en una organización de
salud y recursos humanos que ayudaba a inmigrantes a adaptarse a la vida
estadounidense. Colaboraba con el equipo de audición para Los Gritos del Silencio -que buscaba a un actor para interpretar a
Dith Pran- cuando le fue ofrecido el papel.
Así inició su carrera actoral,
aunque bien podría decirse que comenzó cuando fingió ser un campesino sin
cultura en el campo de concentración de Camboya, cuando en realidad era un
destacado médico. Para 1988 estaría escribiendo A Cambodian Odyssey, narrando
cómo era su vida bajo el régimen de los Jemeres Rojos en Camboya. Nunca más
contrajo matrimonio.
El verdadero Dith Pran
–fotógrafo y también superviviente de un campo de concentración camboyano-
conoció a Haing Ngor a propósito de Los
Gritos del Silencio. Perdió a su familia y amigos en esa tragedia. Luego de
conocerse los unió un lazo de hermandad que sólo la muerte tenía el poder de
destruir. Ambos lucharon para evitar que el genocidio camboyano cayera en el
olvido y fundaron con ese objetivo dos organizaciones: The Dith Pran Holocaust Awareness Project y la Haing S. Ngor Foundation.
Es una triste y aborrecible
ironía que Ngor sobreviviera en Camboya para morir de forma violenta en Estados
Unidos donde, a través de una película primero, y luego a través de su labor
humanitaria, deshabilitara el silencio en los gritos de la guerra. El Dr. Haing
Ngor no se mudó a Beverly Hills ni se dedicó a las fiestas de celebridades;
decidió seguir viviendo en China Town, y tomando en cuenta que era una zona de
pandillas, la investigación de su brutal asesinato se vio perjudicada y la
causa del mismo, tergiversada. Le habían robado su rolex y el medallón que
siempre llevaba al cuello con la foto de su amada esposa. No tocaron los tres
mil dólares que tenía en su abrigo; según los investigadores, no fueron notados
por los asaltantes. Hasta ese momento, sólo hubo rumores de que pudo haber sido
un asesinato político perpetrado por los Jemeres Rojos, pero la falta de su
reloj y su medallón apuntó al robo.
Fueron condenados tres
pandilleros por asalto a mano armada y homicidio, y no volvió a hablarse de un
sicariato político, en parte porque el patrón de los disparos no correspondía a
una ejecución de este tipo. Pero en 2009 la teoría del crimen callejero se
derrumbó cuando un antiguo oficial de la prisión de los Jemeres Rojos declaró
en el Tribunal de las Naciones Unidas en Camboya que éstos habían contratado a
tres pandilleros de Los Ángeles para asesinar al Dr. Haing S. Ngor por haber
participado en Los Gritos del Silencio.
El robo del relicario era sólo para demostrar que habían ultimado a la persona
correcta; en cuanto al rolex, sólo fue un robo de oportunidad. Esto nunca pudo
demostrarse más allá de la evidencia encontrada, pero en Phnom Penh nunca se
habló de otra cosa.
Después del filme que lo llevó
a la fama, Ngor participó en once películas más, entre la cuales se encuentran Vietnam War Story: The Last Days
(1989), My Life (1993) y The
Dragon Gate (1994).
Sin duda, la muerte abrupta de
Haing Ngor fue una pérdida para Hollywood como industria cinematográfica y como
comunidad, pero lo fue más para el mundo y los camboyanos. “…Si llego a morir
de ahora en adelante, ¡no hay problema! Esta película durará cien años".
Fueron las palabras de Haing Ngor a un reportero después del estreno de Los Gritos del Silencio, pero con cada
día que pasa creemos que será mucho más de un siglo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: Tu comentario será revisado por nuestros moderadores antes de ser publicado.