Una película de Bille August.
Las apuestas de la crítica y del público:
¿Bille August vs. Isabel Allende?
Por:Virginia Galilei - vigascm@mail.com.
Una
novela llevada a la gran pantalla: el eterno enfrentamiento de la obra
literaria original versus su adaptación para convertirse en un producto
audiovisual.
Mucho para decir de tantas películas que han pasado por esta posta, pero el caso de La Casa de los espíritus (1993) merece un artículo propio. ¿Por qué? Porque las reacciones sobre su adaptación no sólo se enfrentan entre la novela y la película, también lo hacen entre la crítica especializada y el público general.
La novela
de Isabel Allende no es, evidentemente, una obra fácil de adaptar. Por otra
parte, el hecho de que su marco histórico-geográfico sea real añade más
compromiso y aumenta el nivel de dificultad en todos los aspectos técnicos. La casa de los espíritus (The house of the
spirits) –película- estuvo protagonizada por Jeremy Irons, Meryl Streep, Glenn
Close, Winona Ryder y Antonio Banderas. El reparto incluye a Vanessa Redgrave,
María Conchita Alonso, Armin Mueller-Stahl y Jan Niklas. Fue dirigida por Bille
August y se filmó en Dinamarca, aunque algunas escenas tienen lugar en Lisboa y
Alentejo, Portugal.
En su historia, a partir de su esfuerzo y un buen matrimonio, Esteban Trueba, un trabajador de la minería de extracción humilde, consigue dar un salto en la escala social y convertirse en propietario de una hacienda abandonada y, a la postre, patriarca de una familia influyente en el Chile de la segunda mitad de siglo XX. Su metamorfosis se completa con la asimilación de una ideología conservadora. Fruto de su unión con Clara, la hija de un acaudalado político, nace Blanca. Padre e hija se distancian a raíz de la relación que ésta, ya adulta, inicia con Pedro, un joven revolucionario que incita a los trabajadores a sublevarse para conseguir unas condiciones laborales más justas. Esteban hará lo posible por evitar que la relación entre ambos jóvenes prospere, y mientras tanto, la situación política de Chile sufre una serie de vuelcos que marcarán profundamente a la familia, aumentada por el nacimiento de Alba, la hija de Blanca y Pedro, y disminuida luego por el fallecimiento de Clara, un ser con poderes excepcionales.
Algunos aspectos formidables del filme lo constituyen, en primer lugar, su reparto y unas actuaciones inolvidables, de ésas que marcan al espectador; en segundo lugar, el hecho de que Hans Zimmer estuviera detrás de la banda sonora; en tercer lugar, el trabajo de un equipo técnico internacional de primera fila. A pesar de todo ello, la película obtuvo malas críticas y asimismo, obtuvo premios en el festival de cine de Baviera, fue premiada en el festival de cine de Alemania y en el Golden Screen de Alemania, también lo fue en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana y en el festival Robert en Dinamarca; también obtuvo el premio de la academia alemana de fotografía en la German Phono Academy y fue premiada en German Art House Cinemas. Al público más adepto al cine le encantó el filme, incluso a muchos que conocían la obra original de Isabel Allende; esto a pesar de la adaptación, que fue el plato fuerte de las críticas más negativas. Básicamente,
las diferencias más resaltantes entre la película y la novela están dadas por
elementos como estos: Rosa, la hermana de Clara, aparece en la novela como un
ser de aspecto físico extraordinario que tiene el cabello verde. No ocurre así
en la película. Clara no se enamora de Esteban la primera vez que lo ve. En el
libro, de hecho, decía nunca haberse enamorado de él.
En la novela, se menciona que Clara es la décima quinta hija de sus padres, de los cuales once viven. En la película, la única hermana mencionada de Clara es Rosa. En la película se acorta toda una generación. La historia de Blanca es en realidad la de Alba, que en la película es solo una niña pequeña. En la película faltan otros personajes fundamentales: los hermanos gemelos de Blanca. En la novela Clara y Esteban tienen tres hijos: Blanca y los gemelos Jaime y Nicolás, cuyas personalidades antitéticas llevan a la reflexión en varios momentos de la historia.
Además el personaje de Jaime es fundamental para mostrarnos de cerca la figura de Salvador Allende en la ficción. Otro personaje importante que no aparece en la película es el de Miguel (obviamente, debido al acortar una generación, ya que Miguel es el novio de Alba). En la novela, Blanca se casa con el francés Satigny. En la película, en cambio, ella rechazó casarse con él. En la novela Clara aparece como una psíquica o médium que constantemente está en contacto con los muertos, lee cartas del tarot y juegan mucho con su fe y creencias. En la película solo presiente algunas cosas que pasan a futuro. Ninguna de estas diferencias parece haber importado al público, pero los fallos (evidentes para un ojo más agudo) no fueron ignorados por la crítica. Por ejemplo, al acortar la novela suprimiendo una generación, no se explican algunas cosas, y los objetos -en ocasiones- no se corresponden con la época. Los carteles que se ven en la película están en inglés, cuando claramente se sabe que la historia se desarrolla en Chile. También aparece Santiago de Chile cubierto de nieve en Navidad (época en que es verano en el hemisferio sur).
Además el personaje de Jaime es fundamental para mostrarnos de cerca la figura de Salvador Allende en la ficción. Otro personaje importante que no aparece en la película es el de Miguel (obviamente, debido al acortar una generación, ya que Miguel es el novio de Alba). En la novela, Blanca se casa con el francés Satigny. En la película, en cambio, ella rechazó casarse con él. En la novela Clara aparece como una psíquica o médium que constantemente está en contacto con los muertos, lee cartas del tarot y juegan mucho con su fe y creencias. En la película solo presiente algunas cosas que pasan a futuro. Ninguna de estas diferencias parece haber importado al público, pero los fallos (evidentes para un ojo más agudo) no fueron ignorados por la crítica. Por ejemplo, al acortar la novela suprimiendo una generación, no se explican algunas cosas, y los objetos -en ocasiones- no se corresponden con la época. Los carteles que se ven en la película están en inglés, cuando claramente se sabe que la historia se desarrolla en Chile. También aparece Santiago de Chile cubierto de nieve en Navidad (época en que es verano en el hemisferio sur).
Otro tropiezo lo constituye el hecho de que Clara
fallece en Navidad, y justo tras su entierro se produce el golpe de estado;
esto es un error historiográfico ya que el golpe de estado en Chile se produjo
un 11 de septiembre. Pero, ¿quién puede decir que no volvería a ver esta película muchas veces? Es un caso de gladiadores que se perdonan la vida el uno al otro, con o sin el consentimiento del emperador. Una confrontación de pecados y virtudes cinematográficos en la que, a pesar de todo, gana el público, y por ende, el filme. Los premios, así como la crítica, han quedado en segundo plano. Y en una opinión más personal, no es muy osado decir que sus estrellas arrojaron luz suficiente para salvar esta inolvidable película de los noventa.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: Tu comentario será revisado por nuestros moderadores antes de ser publicado.