Rotundo éxito de Pablo Trapero.
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Éste, sin duda, es un buen año para el
cine latinoamericano, no sólo por los logros obtenidos en materia de
premiaciones; también por su presencia y por la oportunidad de crecimiento que
está sirviendo en bandeja de plata a sus directores, guionistas, productores,
talento vivo y demás realizadores. De plata es, por cierto, el león otorgado al
argentino Pablo Trapero en la 72º edición del Festival de Venecia como Mejor
Director por el filme EL CLAN; una película que además se presentó en el Festival
de Toronto 2015 y en el Festival
de San Sebastián 2015. Resultó
elegida como la cinta argentina que competirá como Mejor película iberoamericana aspirante al Premio Goya de
la Academia de España,
y también es la representante de su país en la
próxima entrega de los Premios Óscar, lo
que otorga a Trapero su tercera oportunidad de representar a su patria.
El filme narra una historia basada en
hechos reales sobre el caso policial del Clan Puccio, que conmovió a la
sociedad argentina a comienzos de los años 80, tras el fin de la Guerra de Las
Malvinas. Los Puccio son una típica familia del barrio de San Isidro con aspiraciones a pertenecer a clase alta. Arquímedes Puccio (Guillermo Francella), el patriarca de la familia, otrora trabajaba en el
Servicio de Inteligencia de Estado; ahora decide emprender un negocio criminal
de secuestros y extorsión a empresarios, y es el cerebro detrás de cada
operación. Involucra a su hijo mayor, Alejandro (Peter Lanzani),
quien selecciona a las víctimas potenciales valiéndose de su popularidad como
jugador de rugby. Algunos, incluso, son amigos y conocidos suyos. El modus
operandi del clan contempla el sótano de la propia casa de los Puccio como
prisión de los secuestrados, los cuales son ejecutados luego de cobrar el
rescate.
Con el retorno de la democracia, Arquímedes reorienta sus operaciones buscando nuevos
clientes relacionados con el Proceso de Reorganización Nacional, aprovechando
el apoyo que le ofrecen las fuerzas armadas, aún con cierto poder. Pero uno de
sus hijos menores, Guillermo, abandona el país sin planes volver (no apoya a su
padre) y Alejandro intenta impedir el siguiente secuestro, lo que provoca una
muerte sin rescate. Para resarcirse ante los ojos de su progenitor, Alejandro
convence a otro de sus hermanos, Daniel “Maguila”, de integrarse al clan, pero
aun nadie sabe nada de Guillermo, desaparecido desde hace más de un año.
Las cosas comienzan a andar mal cuando
un nuevo secuestro queda malogrado y la
hija más joven de Arquímedes advierte los gritos que provienen de su sótano.
Los militares retiran el apoyo al clan y el estado de alerta del patriarca está
al máximo. Intentando cobrar el último rescate, la policía interviene y desarma
el clan. El destino de cada uno está sellado y las repercusiones mediáticas no
se hacen esperar. La justicia toma el mando.
EL CLAN, fue una coproducción de Kragmer
& Sigman Films y Matanza Cine (de Argentina) y El Deseo, (de España) a
cargo de los hermanos Almodóvar. Para Trapero, autor "Mundo Grúa" y
"Elefante blanco", el cine "es entretenimiento y espectáculo,
pero también reflexión. El cine, por naturaleza y definición tiene la capacidad
de emocionarnos y de modificarnos y eso hace que tengamos una responsabilidad".
También indicó, refiriéndose a EL CLAN, que ésta es una película que
"provoca una cierta incomodidad".
Aun así, se convirtió en la cinta más exitosa en su primer fin de semana
en la historia del cine argentino, cuando hizo su aparición en cartelera el 13
de agosto de 2015.
La filmación de la película se llevó a
cabo entre fines de 2014 y principios de 2015. Su rodaje se hizo en varias
etapas, en medio de muchos compromisos y diversidad de locaciones. La
post-producción también fue larga, por su complejidad, por la cantidad de personajes.
Pablo Trapero, también guionista de EL CLAN, se esmeró en una investigación que
no contaba con mucha información de prensa, por lo que se enfocó más en los
testimonios. Podemos hacernos una idea de lo que significa exhortar a amigos y
conocidos, personas cercanas a los Puccio o a sus víctimas, a animarse a
hablar. Trabajo comprometido y exhaustivo, no podría haber sido de otra forma.
El filme
contó con un gran despliegue publicitario, se invirtió mucho en ello y
se tenían grandes expectativas, pero éstas se vieron absolutamente superadas.
Sin discusión, esta película es el éxito más contundente de Pablo Trapero y un
gran logro para el cine latinoamericano; un cine que se hace cada vez más
profundo, reflexivo y complejo; un cine que convoca públicos y adiciona jurados
en su favor. ¡Enhorabuena!
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