Algo tardío pero tan memorable. Leo DiCaprio se ganó
EL ÓSCAR DE LOS ÓSCARS.
EL ÓSCAR DE LOS ÓSCARS.
.
Muchos
actores y actrices han comenzado su carrera cinematográfica en su más tierna
infancia, o han sido modelos infantiles; algunos incluso han sido catalogados
como “niños prodigio”. Algunos han entregado su vida a la industria con muchas
o pocas nominaciones a los más ambiciados premios sin haberlos ganado; algunos
han luchado férreamente por éstos, y otros hasta los han declinado. Leonardo
DiCaprio puede encajar en alguna de estas descripciones, pero nunca se había
visto en Hollywood a nadie que se exprimiera a sí mismo y que el al mismo
tiempo implosionara de popularidad por algo como un premio Óscar -que todos
esperábamos desde hace mucho, como si todos nos apellidáramos DiCaprio y
hubiésemos recorrido su camino, película tras película-.
Ciertamente, Leonardo comenzó su carrera
siendo un niño apareciendo en comerciales antes de participar en diversas
series de TV; tiempo después hizo su debut en la gran pantalla en varias
películas. La tercera de ellas, This
boy’s life (1992), le proporcionó el sabor de un premio con el del Chicago
Film Critics Association por Actor Revelación; desde entonces, se convirtió en
un catador. Por supuesto, no hay sabor más intenso en materia de premios que el
del Óscar, y fue en su cuarto filme ¿A
quién ama Gilbert Grape? (1993), cuando la Academia lo nominó por primera
vez.
“Algunas películas” más tarde le llegó
el turno a Romeo y Julieta (1996),
donde ganó el premio Blockbuster Entertainment por Actor Favorito-Romance y el Oso
de Plata por Mejor Actor; también fue nominado a varios premios de MTV y desde
entonces, salvo dos excepciones, NUNCA
MÁS volvió a participar en una película sin haber ganado y/o haber sido
nominado a largas listas de premios. Aun así, su verdadera fama sólo llegó hasta
Titanic (1997) -donde sucedió lo
mismo- pero con una sentida ausencia de reconocimiento de la Academia.
La
Academia. Sí; nos concentraremos en
ella porque si lo hiciéramos con el resto de las premiaciones (con triunfos o
nominaciones) daríamos varias vueltas al planeta -a pie- hablando de éstas.
¿Por qué no llegó un Óscar a las manos de Leonardo DiCaprio antes?
Antes de responder a esta interrogante
hay que decir que, con o sin Óscar, la carrera de Leonardo ha sido exitosa y
eso responde a varias razones. En primer lugar, su innegable talento aunado a
un incansable y prolífico trabajo. En segundo lugar, el criterio mismo del
actor, pues ha sido siempre muy selectivo a la hora de elegir proyectos. En
tercer lugar, ha sido blanco recurrente de grandes directores (que a su vez
tienen ojo de águila para escoger sus repartos). Pero nada de esto garantiza un
Óscar –un hecho probado-. En el caso de DiCaprio, una muy dura competencia en
los años que fue nominado podría ser la primera respuesta lógica.
Siendo sólo un chico, cuando fue
nominado en 1994 por ¿A quién ama
Gilbert Grape?, lo derrotó Tommy Lee Jones por El fugitivo. Ese año, películas como La lista de Schindler y En el nombre del padre estaban en la
contienda, así que la cuesta era realmente muy empinada. Una nominación ya era
un logro importante. La segunda nominación llegó en 2004 con El aviador. La derrota fue propinada
entonces por Jamie Foxx por su celebrada actuación en Ray. ¿Justo? Es algo que todavía el público está decidiendo. Pero
para el jurado, Foxx marcaba como favorito.
2006: vuelven a nominar a Leonardo por
su excelente interpretación en Diamante
de sangre, pero enfrentando a Forest Whitaker (El último rey de Escocia), Will Smith (En busca de la felicidad), una revelación, Ryan Gosling (Half Nelson) y un veterano como Peter
O’Toole (Venus). Will Smith, rozando
el galardón más que nunca, tampoco pudo con
Forest Whitaker, quien se llevó el galardón. No había nada qué hacer.
En 2013 DiCaprio se lució en El lobo de Wall Street, pero Matthew McConaghey estuvo sísmico en un dramático papel en Dallas Buyers Club, y frente al drama al parecer hay más fuerza de gravedad. El lobo de Wall Street fue nominada también a mejor película, y es inexplicable, pero no ganó. Leonardo se hubiera llevado la estatuilla como productor.
En 2013 DiCaprio se lució en El lobo de Wall Street, pero Matthew McConaghey estuvo sísmico en un dramático papel en Dallas Buyers Club, y frente al drama al parecer hay más fuerza de gravedad. El lobo de Wall Street fue nominada también a mejor película, y es inexplicable, pero no ganó. Leonardo se hubiera llevado la estatuilla como productor.
Para sorpresa de muchos, su reacción en esta oportunidad con el triunfo de Matthew McConaghey fue una eufórica felicitación para el ganador.
No hablaremos en esta ocasión de filmes como Los Infiltrados, Sólo un sueño, La Isla Siniestra y J. Edgar, para no hacer un viaje dentro del viaje, pero las mencionamos como sinónimo de evolución y desarrollo histriónico. ¡Trabajos de filigrana!
No hablaremos en esta ocasión de filmes como Los Infiltrados, Sólo un sueño, La Isla Siniestra y J. Edgar, para no hacer un viaje dentro del viaje, pero las mencionamos como sinónimo de evolución y desarrollo histriónico. ¡Trabajos de filigrana!
Y así
llega la ceremonia de 2016, donde es nominada la película El renacido.
La gente comenta sobre la tenacidad de Leonardo DiCaprio. Pero es su capacidad para desafiarse y competir con él mismo lo que nos asombra. Su papel en El renacido tenía muy en contra el hecho de que exigía una actuación total en acciones donde otros talentos serían inútiles para complementarlo; aquí el canto, el baile, el fisioculturismo, la sensualidad… nada de eso aporta. Es actuación pura y niveles de sacrificio asombrosos. Su rostro, especialmente sus ojos, cargaron con el mayor peso histriónico, y envuelto en una entrega completa a su personaje, Leonardo lo logró.
Las oleadas de memes del público sólo pueden compararse con el acoso de los paparazzis a Lady Di. Eso genera una gran presión. ¿La respuesta de DiCaprio? Ningún chiste al respecto, y sí un breve pero formidable discurso en pro de la ecología, lo que deja claro que nada desvía sus convicciones, que tiene su norte muy claro, que no es sólo una cara bonita ni una estrella que brilla al son de la moda. Tal vez creamos que este Óscar se tardó, pero vale la pena considerar el carácter memorable que tiene este único Óscar (hasta ahora). Nunca se había visto una expectativa tan generalizada y una celebración tan masiva.
Nuestro aplauso y reconocimiento para Leonardo DiCaprio el actor y nuestra admiración por Leonardo DiCaprio el ser humano. ¡Así se hace!
La gente comenta sobre la tenacidad de Leonardo DiCaprio. Pero es su capacidad para desafiarse y competir con él mismo lo que nos asombra. Su papel en El renacido tenía muy en contra el hecho de que exigía una actuación total en acciones donde otros talentos serían inútiles para complementarlo; aquí el canto, el baile, el fisioculturismo, la sensualidad… nada de eso aporta. Es actuación pura y niveles de sacrificio asombrosos. Su rostro, especialmente sus ojos, cargaron con el mayor peso histriónico, y envuelto en una entrega completa a su personaje, Leonardo lo logró.
Las oleadas de memes del público sólo pueden compararse con el acoso de los paparazzis a Lady Di. Eso genera una gran presión. ¿La respuesta de DiCaprio? Ningún chiste al respecto, y sí un breve pero formidable discurso en pro de la ecología, lo que deja claro que nada desvía sus convicciones, que tiene su norte muy claro, que no es sólo una cara bonita ni una estrella que brilla al son de la moda. Tal vez creamos que este Óscar se tardó, pero vale la pena considerar el carácter memorable que tiene este único Óscar (hasta ahora). Nunca se había visto una expectativa tan generalizada y una celebración tan masiva.
Nuestro aplauso y reconocimiento para Leonardo DiCaprio el actor y nuestra admiración por Leonardo DiCaprio el ser humano. ¡Así se hace!
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